CAPÍTULO #2: ANA SÁENZ DE MIERA. ASHOKA. RESOLVER PROBLEMAS SOCIALES ES UNA PRIORIDAD TAMBIÉN PARA EL NEGOCIO

Emprendimiento social     Cambio sistémico     Changemakers     Educación     Innovación de alto impacto

EJ innovation entrevista a Ana Sáenz de Miera, Vicepresidenta de Ashoka a nivel global.

Ana Sáenz de Miera es una mujer madrileña licenciada en psicología y comprometida con el cambio social desde su juventud. Tras varias experiencias en la dirección de entidades sociales, en 2014 se convierte en Directora de Ashoka España y desde 2017 es Vicepresidenta de Ashoka a nivel global. Ashoka es una fundación sin ánimo de lucro, independiente y referente en el campo del emprendimiento social que invierte en personas y en patrones de emprendimiento colaborativo y que cuenta actualmente con una comunidad de más de 3.500 Emprendedores Sociales y 300 Escuelas Changemaker en todo el mundo. Su fundador, el estadounidense Bill Drayton  recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2011. Ana tiene como objetivo lograr que empresas, ciudadanos, administraciones públicas y medios de comunicación se conciencien y se impliquen en la construcción de una sociedad donde todas las personas tengan la capacidad de mejorar su entorno, que es el mejor camino para una sociedad más justa, libre y sostenible. A nivel internacional, Ana está liderando una iniciativa de impacto sistémico enfocado en los retos mundiales más urgentes.

Para que el lector o lectora pueda conocerte un poco mejor. ¿Quién es Ana Sáenz de Miera?

Yo soy madre de cuatro hijas, que estudié psicología clínica y que cuando decidí estudiar psicología lo hice porque yo quería estudiar una carrera que me permitiera ayudar a cambiar el mundo. Y pensé, no sé si erróneamente, que psicología era la mejor opción. Yo dudaba entre psicología y trabajo social. Ahora noto un cambio enorme y creo que cualquier persona que se pregunte qué puedo hacer yo para dedicarme a cambiar el mundo ya no tiene que pensar en psicología o trabajo social. Puede ser un ingeniero, un economista, un periodista… Ha habido una evolución muy grande.

Qué curioso, yo estudié ingeniería también con esa inquietud. ¿Quizá nos decantamos  por una opción en base a nuestra trayectoria o a nuestros gustos?

Nos vamos como encaminando. Creo que antes estaba mucho menos desarrollado y parece que dedicarse a lo social era una cosa de humanidades y ahora, cuando doy charlas a jóvenes les digo que esto es un tema de actitud y de visión. Ya no es que te quieras dedicar a mejorar el mundo porque eres buena persona, es que ahí va a estar el futuro. El reto de las empresas va a ser solucionar problemas sociales, ahí va a estar el negocio, y quien los consiga solucionar será a quien mejor le vaya. En ese sentido la innovación social ha pasado de ser algo asistencialista o de querer ayudar a ser la nueva tendencia. Y creo que cuando trabajamos con empresas lo entienden de verdad y se dan cuenta de que por ahí va el negocio. Para que su negocio vaya bien tienen que tener mejores proveedores, materiales más sostenibles, productos más justos. Tener vocación social es clave para atraer talento y lo están viendo ya. y de aquí a los próximos 10 años el cambio va a ser enorme.

¿Tú crees que la apuesta por la resolución de problemas sociales va a ser generalizada en todas las empresas? ¿También para empresas tipo PRIMARK con estrategias low-cost?

En todas. Estoy convencida de que PRIMARK está ahora pensando en sus futuros empleados, los que de verdad van a velar por la empresa en diez años, y no está pensando en uno que le consiga bajar todavía más los precios. Eso pasaba antes. Estoy convencida de que está buscando a personas que le permitan mantener sus clientes pasando a ser una empresa responsable social y ambientalmente. No tengo la menor duda, aunque unas lo van a hacer más rápido que otras. ¿Que a día de hoy el consumo responsable está asociado muchas veces a rentas más altas?, es cierto, ¿y a una formación más alta?, también. Pero va a ir bajando seguro, porque no va haber otra. Es lo miso que ocurre con consumir de forma responsable. Yo ahora no puedo tener un coche eléctrico porque no tengo el dinero suficiente, pero sé que lo tendré en diez años porque bajarán lo suficiente y ya tengo esa aspiración. Para mí hace diez años quien tenía un coche eléctrico era alguien supermillonario, ahora ya veo gente más cercana, luego me veo yo en unos años y creo que no hay duda de que en veinte años no va a haber otra cosa que coches eléctricos. Entonces, hasta la empresa que esté haciendo los coches más low cost de gasoil estará buscando esto. No sé si me paso de optimista pero creo que no va a haber otro camino para atraer consumidores, talento e incluso inversores que ya han empezado a influir ahí. Con lo cual, saber resolver problemas sociales es un tema de inteligencia y visión de negocio, no sólo de ser mejor persona. En realidad, serán las dos. Yo creo que esa es la buena noticia.

Entonces, saber resolver problemas sociales va a unir dos mundos, el empresarial y el social, que a veces están separados.

Mira, nosotros tenemos un programa a nivel mundial en el que hemos seleccionado escuelas que están destacando por tener muy buenos resultados académicos y que, además, son excelentes en educar a sus alumnos “changemakers” o “agentes de cambio”. Gente con empatía que sabe trabajar en equipo y resolver problemas sociales. Estos chicos y chicas del cole están mucho más preparados y cuentan con las habilidades que se van a necesitar para el futuro. Este tipo de gente es lo que quiere Twitter y seguro Primark. ¿Quién no quiere ya gente con altísimo nivel de empatía? La gente que lo va a tener más fácil es la echada para adelante y que es capaz de resolver cosas y no la que memoriza información.

¿Cómo es un día normal entre semana en la vida de Ana? Vicepresidenta de Ashoka a nivel global.

Ahora estoy lanzando un nuevo programa que consiste en crear equipos mundiales por temáticas como puede ser el cambio climático donde metemos a empresas, gobiernos, emprendedores sociales y jóvenes para crear un impacto colectivo. Esto es nuevo en Ashoka porque hasta ahora nos organizamos por países y por programas. Tenemos programas como la Red de Apoyo Ashoka, Changemakers, Escuelas Transformadoras o Ashoka U entre otros y estamos en 95 países y esto significa un cambio brutal en todos los sentidos. Mi vida ahora está consistiendo en hablar con emprendedores sociales de diferentes ámbitos y entender a través de ellos qué tipo de impacto colectivo creen que se podría conseguir juntando a toda la red de Ashoka. Hoy he hablado con un emprendedor, con una universidad de Texas que está siendo muy avanzada en temas de cambio climático para ver cómo les podemos implicar y cómo nos pueden ayudar a encontrar emprendedores. He estado hablando con una señora turca millonaria que quiere invertir en género y que está buscando su mejor partner para hacerlo. Estoy hablando con la persona que lleva la plataforma online para ver como va a ser la plataforma del futuro. Y luego estoy reclutando gente. Estoy en un momento de emprendimiento muy importante dentro y fuera de Ashoka.

¿Dentro y fuera? ¿A qué te refieres?

Ashoka tiene que transformarse internamente para crear este proyecto porque la gente está con su programa y sin esta mentalidad de trabajar para una temática y todavía no existe a nivel de estructuras. Y externamente porque tiene que buscar aliados, hacer que la gente se meta, la nueva plataforma, una forma de medir el impacto, vamos creando todo un mundo.

Estáis creando otra forma de trabajo.

En sus inicios, Ashoka se focalizó en la creación del ecosistema del emprendimiento social que no existía. Me acuerdo de que Bill Drayton decía en los 80, yo no estaba evidentemente. que, el emprendimiento social será una Career Path, como una carrera profesional para la gente y hoy en día ya lo es. Luego empezó con el concepto de Changemakers, transmitiendo que todos podemos hacer algo por cambiar el mundo, no sólo unos pocos. Esto nos lo han enseñado nuestros emprendedores. Y esta tercera fase que empiezo yo el reto es que hay que hacerlo en equipo. Ashoka tiene que convertirse en la plataforma para la creación de equipos que crean grandes cosas y aprovechar mucho más las redes que ya tenemos. Mi vida es una locura porque tengo muchas conversaciones internas y muchas externas. Ahora mismo buscando aliados para lo que estamos haciendo y también muy metida en últimas tendencias. Por ejemplo ayer hablaba con el equipo de Manila y me contaban que Filipinas es uno de los países que antes puede desaparecer como consecuencia del cambio climático. Todo el mundo está buscando asilo y están buscando comunidades de filipinos en otros países que puedan acoger a filipinos- Por otro lado, la agricultura se está haciendo de noche porque los agricultores ya no pueden trabajar de día por el calor. Y ahora el equipo acaba de seleccionar a un emprendedor que está trabajando con la legislación de trabajadores nocturnos para hacer agricultura sobre cómo se iluminan los campos, las condiciones de trabajo… vas viendo tendencias.

Tienes la suerte de estar rodeada de esa gente que está a la vanguardia del emprendimiento social. A mi me pasa un poco con la innovación tecnológica de las startups e industrias con las que trabajo. A veces me creo que todo el monte es orégano. Que todo el mundo es como mi entorno y está todo el día innovando.

Crees que todo el mundo sabe de ya de esto, pero todavía no es así. De hecho me pasó el otro día, estaba cogiendo un vuelo a Washington, cuando la chica que me entrevistaba aquí en España para ver qué iba a hacer a Estados Unidos. Le respondí que trabajo en una fundación de emprendimiento social y ella me preguntó si dábamos de comer a gente hambrienta. Y era una chica de 30 años. Nos creemos que todo el mundo sabe lo que es el emprendimiento social y estamos muy lejos. Pero esto está cambiando.

¿Cómo crees que esto puede cambiar?

Mira, yo cambié a mis hijas de colegio muy pronto. Parece una obviedad. yo las llevaba a un colegio normal con una educación tradicional y de repente, empiezo a conocer estas escuelas de Ashoka en el mundo donde es posible educar de forma diferente. Yo ya estaba en Ashoka, pero en España todavía no estaba el programa de escuelas y de repente veo esos chicos y chicas en clase y vi lo que yo quiero para mis hijas. Yo no quiero una escuela que lo que prometan es que saquen buena nota en selectividad, yo busco una escuela que de verdad busque el tipo de inteligencia que tienen mis hijas y la fomente, que les haga personas solidarias, que sepan trabajar en equipo, esto es lo que yo quiero y les cambié de colegio. Tuve que convencer a mi marido porque a mí lo que me habían enseñado es que el mejor cole es el que está más cerca de tu casa

Que la escuela esté cerca de casa es algo valioso en Madrid…

Por supuesto que es valioso ir a un cole que esté cerca de tu casa. Pero, para mí, la prioridad es el colegio. Por lo que diría que la mejor casa es la que está más cerca del colegio que coincide con tus valores, siempre que puedas. Hay muchos coles públicos que ya están haciendo las cosas de forma diferente con educación Montessori o similar. Hay que cambiar el chip cuando pensamos en el mejor colegio posible. Ahora preguntamos por el tamaño del patio, por las extraescolares, por el nivel académico y se empieza a hablar del sistema de enseñanza del centro. Dentro de poco vas a preguntar: ¿cuántos de tus alumnos se han dedicado a lo que era su vocación?, ¿cuántos alumnos están implicados en causas sociales? Otro tipo de preguntas que realmente son mucho más relevantes para los padres.

Hace unos meses leí un artículo en El País en el que entrevistaban a cuatro jóvenes que habían obtenido las calificaciones más altas en selectividad de España y varios de ellos y estaban teniendo dificultades de precariedad a nivel laboral. 

También lo leí. Nosotros estamos haciendo una selección de jóvenes. Tú ves un chico de 13 años en Manaos en el Amazonas que ha montado un movimiento para que no se usen unos productos químicos que estaban contaminando el río. Si un chico ha hecho eso con 13 años es que tú sabes que profesionalmente va a llegar donde quiera. Porque tiene la capacidad de ver un problema, montar una idea, implicar a la gente y solucionarlo. Así es como yo veo el empleo del futuro. Esos me parecen los indicadores relevantes para la educación. Bill Drayton habla de “la nueva desigualdad”. Hay muchas desigualdades y cuando llegó el alfabetismo, estaba el mundo de los que estaban alfabetizados y el de los que no, y eso era una desigualdad enorme. Y Bill Drayton dice que la nueva desigualdad es la que separa a los que saben hacer cosas para cambiar su entorno y los que no. Es una nueva desigualdad invisible que no está tan asociada a la clase social, puede estar asociada a muchos factores. Con la tecnología digital cualquiera puede poner en práctica su idea y atraer a gente. La nueva alfabetización es en realidad la innovación social para tener la empatía de ver un problema y tener la capacidad para reunir gente para resolverlo. Esto es lo que hay que asegurar y fomentar como padres, como escuelas o como países.

¿Y cómo haces para compaginar eso con cuatro niñas y un marido? ¿qué secreto logístico tienes?

Bueno, una de las primeras cosas que yo hice en Ashoka cuando era Directora España fue horarios. No tenemos horario, no tenemos ubicación física, cada uno trabaja donde quiera y no tenemos un número fijo de vacaciones. Son ilimitadas. La gente se coge las que necesita. Esto nos lo enseñaron los alemanes. Pero ¿por qué sumáis y restáis las vacaciones de la gente en un excel, si lo importante en Ashoka es la confianza y los resultados?

¿Y qué tal funciona?

Desde que lo hicimos en España empezaron a mejorar nuestros resultados. Sólo ha traído efectos positivos. A nivel de respuesta, compromiso, orgullo de pertenencia, libertad, flexibilidad y conciliación.

La flexibilidad laboral es cada vez es más importante vivas donde vivas.

A veces me preguntan, ¿estás teletrabajando? Y yo respondo, no, esto para mí es trabajo. Es una evolución del teletrabajo. Nadie en Ashoka sabe dónde estoy yo. Si estoy en el País Vasco, si estoy en mi oficina, si estoy con una hija encima. Lo importante es que esté trabajando. Me organizo muy bien, viajo lo justo, lo veo como una enorme suerte.

¿Trabajas a menudo con Bill Drayton? ¿Cómo es?

Sí, en el día a día. Ahora soy de las personas que trabaja más cerca de él porque el programa que yo estoy lanzando ahora es su gran bebé. Bill tiene una visión muy avanzada de las cosas, es extremadamente inteligente, es superdotado, aunque como manager no es tan bueno como típico fundador de hace 30 años. Tengo mucha suerte porque estoy viendo lo mejor de él hablando con él de temas de visión. Este año, en el Skoll world forum, que es el foro mundial de emprendimiento social y que fue Oxford, había quedado con él a cenar y la gente le pedía autógrafos y se hacía selfies. Me hizo mucha gracia porque yo no era consciente.

Hace 10 años llegó a mis manos un libro sobre emprendimiento social.

¿Cuál era? ¿el de Cómo cambiar el mundo de David Bornstein?

Era un libro negro y blanco con casos sobre emprendedores sociales. No sé si lo cogí de la biblioteca porque creo que no era mío. Recuerdo un caso de energía en Brasil. Lo que reflexioné cuando lo leí es que a mi el emprendimiento social me encanta y de hecho, en cierto modo, me gustaría ser emprendedor social. No sé si algún día lo seré, por el momento no. Y pensé, éste que ha escrito el libro no es emprendedor social, él está entrevistando a los emprendedores, pero quién es este tío… y dije esto quizás lo podría hacer yo … En parte esta entrevista es por aquel libro.

Qué gracia. El escritor al que te refieres es David Bornstein. Él es un ejemplo muy bonito de un periodista que era conocido entonces y a raíz de este libro se empieza a dedicar a contar al mundo otro tipo de modelos de persona y ahora ha sido nombrado Ashoka Fellow por lo que está haciendo por el periodismo. Que para nosotros ha sido un paso muy importante. Uno de los motivos por los que contar estas historias es tan importante es porque nosotros querríamos estar encontrando muchos más emprendedores sociales y al final tenemos una capacidad limitada de encontrarlos y lo que necesitamos son muchas voces, altavoces, gente conectada con la innovación social, ojalá seas tú, y que nos diga este tío podría ser un emprendedor social.

Ashoka identifica y selecciona emprendedores sociales. ¿Qué define a un emprendedor social que buscáis?

Utilizando una metáfora, en Ashoka decimos que el emprendedor no da peces ni enseña a pescar, sino que revoluciona la industria pesquera para que sea más justa para todos. Son personas que conocen muy bien un problema social y que tienen ya en marcha una idea probada para resolverlo, que ataca la raíz del problema y que tiene el potencial de crecer y ser copiada por muchos.

¿Y cómo seleccionáis a un emprendedor social en Ashoka desde un punto de vista práctico? Éste sí o éste no.

Primero: ¿Lo que está haciendo lo está haciendo alguien más? ¿Hay una verdadera innovación aquí? ¿Es algo diferente al menos en España? ¿Hay algo que nunca he visto? Segundo: ¿Es un verdadero emprendedor esta persona? ¿O es un consultor, un inventor o un agregador? Tercero: ¿Ha sido creativo en sus cómos? ¿Y en sus estrategias? ¿Cuáles han sido los motivos para seleccionar a sus aliados? ¿Tiene una trayectoria emprendedora anterior? ¿Qué otras cosas ha hecho antes? Y cuarto: ¿Tiene un impacto demostrable?¿Es un modelo que es capaz de crecer y escalar? ¿Es un modelo pensado para crecer idea y no la organización? ¿Busca o utiliza movimientos Open Source? ¿Está buscando aliados en otros países aunque pierda el control de la iniciativa para que su iniciativa llegue a muchísima gente?.
Imagínate por ejemplo el caso de Luz Rello. Es una emprendedora que hemos seleccionado hace 4 años. Una chica disléxica que ha sufrido mucho bullying por haber sido disléxica. Estudia filología e ingeniería informática. Ella quiere hacer lo que sea necesario para que los disléxicos no estén retrasados. Que no tengan la vida más difícil al igual que no la tienen los miopes. Luz desarrolla herramientas tecnológicas basadas en investigación científica y de bajo coste que permiten llevar a cabo análisis masivos de detección precoz de la dislexia, evitando así el elevado número de casos de fracaso escolar derivados de dificultades de lecto-escritura. Ella tiene que buscar un modelo sostenible, pero cada decisión que toma está pensada para lograr que todas las comunidades autónomas de España hagan un test de dislexia o para lograr que esto llegue a América Latina de la forma más rápida .

El escalado de un proyecto o una idea es un verdadero reto. En vuestra experiencia, ¿qué es lo que mejor funciona?

Nosotros lo llamamos Jiu-Jitsu, como el arte marcial. Ashoka se pregunta cuál es la estrategia con la que con menos esfuerzo voy a conseguir más impacto. Esto a mí me gusta mucho. Para conseguir que los jóvenes fueran changemakers dábamos talleres aquí en España que se llamaban “Dream it, Do it”. Pero veíamos que así no íbamos a llegar a todos los jóvenes del mundo porque no nos daba la vida para dar tantos talleres solamente en España. Y ahí entra el Jiu-Jitsu. Decidimos dejar los talleres y empezar a seleccionar escuelas que están haciendo las cosas muy bien con sus propias metodologías y crear la inquietud en España de imitar a esas escuelas y de que es posible hacerlo. No tanto vender nuestra metodología. Es lo que llamamos Cambio Sistémico. Es lo que intentamos hacer nosotros como organización y es el elemento diferencial entre nuestros emprendedores y los que apoyan otras organizaciones.

¿Tenéis accesible un listado de las empresas con las que colaboráis?

Sí , está en la web. Son las Escuelas changemakers y las Escuelas que inspiran. Unas son las que han quedado finalistas y las otras son las que cumplen los requisitos pero todas son este modelo. Que no significa que sean las mejores del país en algo, sino que son el mejor referente que podíamos seleccionar para inspirar a otras. Ahora la red está creada y sobre todo estamos dinamizando y tratando que se expandan pero por ellos mismos.

¿Dais formaciones sobre emprendimiento social a empresas o a otros colectivos?

No. Intentamos que no aunque a veces damos formaciones muy concretas. Lo que sí damos es formación y acompañamiento en cambio sistémico a nuestros emprendedores. Aunque ellos ya lo tienen de entrada, profundizar en cambio sistémico es útil para desarrollar sus modelos.

Hablas de Cambio Sistémico. ¿Puedes poner un ejemplo?

Un ejemplo que yo pongo mucho es un americano que me encanta. Se llama Darel Hammond y tiene una organización que se llama KaBOOM! Ha escrito un libro que también se titula KaBOOM! en el que explica muy bien su historia. Él fue un chico americano que se queda huérfano, muy pobre y vive en una residencia. Él recuerda que el patio de la residencia tenía un parque con muchos columpios y allí lo pasaba genial. A pesar de su situación, tiene una infancia feliz. Y ya de mayor lee una noticia en el Washington Post, una tragedia impensable de unos niños que mueren encerrados en el coche jugando. Empieza a reflexionar y se da cuenta de que en Estados Unidos y otros muchos lugares del mundo muchísimos niños no tienen un lugar apropiado donde jugar porque en su barrio no tienen parques cerca o no están en buenas condiciones y en sus casas, en muchos casos, las habitaciones son muy pequeñas. Entonces piensa: “Yo he vivido con lo que puede aportar un parque y quiero dedicar mi vida a que en Estados Unidos haya más parques”. Y entonces se pone a construir parques. Busca dinero, busca a una empresa y construye un parque. Y así, uno tras otro. Y se va dando cuenta de que no le da para construir tantos parques como él quiere. Entonces empieza a crear un método tipo “Do it yourself” para hacer parques sistematizando el diseño, los proveedores, la construcción, la búsqueda de financiación y todo lo necesario. Darel entiende que es lo más valioso que puede hacer y así empieza a crear un movimiento de gente, asociaciones de vecinos, ONGs y quien quieren construir parques. Y ahí se da cuenta de que tiene que dar un paso más y ahora ya está metido en crear indicadores para pueblos y ciudades que muestren qué tal están en cuanto a parques de manera objetiva. Es el índice de jugabilidad o playability en inglés. De esta forma los ayuntamientos entran en una especie de competición sobre su situación en parques y lo que hacen por los niños. Y así ha conseguido construir y que otros construyan muchísimos más parques y que el índice de jugabilidad exista en el mundo. Es un ejemplo muy bonito que cómo alguien que tenía muy claro que quería parques va de un modelo de impacto directo a un modelo de impacto indirecto, que es lo principal cambio sistémico, donde la forma de medir el propio impacto sigue estando relacionada con el número de parques pero a través de otras intervenciones en lugar de la suya propia. El libro que ha escrito ayuda mucho a explicar que la vida va mucho más por generar movimientos y por que la gente sea muy consciente de la necesidad. Como esta historia hay miles.

La motivación de Darel Hammond parte de una vivencia personal y de un hecho que le marcó. ¿Detrás de cada emprendedor social hay una historia personal?

Casi todos han vivido algo personal y eso es lo que tiene un poco la fuerza. Thorkil Sonne, un danés padre de un hijo autista ha creado Specialistern, una empresa proporciona empleo a personas con autismo especialmente en ámbitos de información y tecnología aprovechando las excelentes capacidades de reconocimiento de patrones, razonamiento lógico y atención a los detalles más desarrolladas que el resto de la población.

En el ámbito de las ayudas públicas a empresas tecnológicas en el que yo trabajo, la evaluación del impacto es un aspecto clave en la evaluación de los proyectos que recibirán finalmente la ayuda económica. ¿Qué recomendaciones darías a las administraciones para hacer que esa evaluación esté alineada con obtener el mayor impacto social?

Yo creo que lo básico es saber primero qué problema está resolviendo y segundo, qué indicadores existen. Ayer hablaba con una chica estupenda que está trabajando en Procter&Gamble que me contaba que quiere crear una plataforma que ayude a las empresas a saber cómo ser más sociales con indicadores objetivos y adecuados. Por ejemplo, una empresa que hace iniciativas de reducción de la utilización de plásticos utiliza indicadores como cuánta gente lee la noticia o cuánta gente va a una formación pero no sabe cuántos kg de plástico se han dejado de utilizar. Los buenos indicadores miden el impacto indirecto. ¿Cuánto ha influido en cambiar políticas públicas? ¿Cuánto se ha multiplicado? ¿Cuánta gente ha copiado o replicado la idea aunque no sea directamente la tuya?

A veces en tecnología se promueve casi lo contrario. Cómo justificas que tus competidores no te van a copiar o vas a mantener la ventaja competitiva.

Pero TESLA lo que ha buscado es aumentar el mercado y así les irá mejor. Por ahí va la cosa, cuanta más competencia se cree, mayor será el impacto. Si tú dices que vas a vender X de tus botellas de no-plástico y vas a contribuir a poner de moda las botellas de no-plástico aunque no sean tuyas. Es una forma de hablar de replicar sin prepotencia y sin hablar de crear un nuevo estándar.

Otro aspecto diferencial de Ashoka es su modelo de financiación. ¿Cómo os financiáis?

Ashoka nunca recibe dinero de instituciones públicas de ningún país. Nuestra financiación es totalmente privada. Está la red de impulso Ashoka formada por grandes donantes individuales que hacen una contribución de 10.000 euros al año, que nos aportan también redes de contactos e información y es como si fueran parte del equipo y también están las empresas. Nuestros emprendedores trabajan en muchos países e inciden en problemáticas que no siempre son bien recibidas. Así nuestro apoyo no influye en su acción. En Europa a priori podríamos trabajar con ayudas públicas, pero mantenemos el criterio general.

A veces la financiación privada procedente de la empresa también genera suspicacias. ¿Cómo lo habéis hecho vosotros?

Yo diría que el factor clave es que vemos a la empresa como actores imprescindibles para lograr el cambio que queremos lograr y en ese sentido los vemos más como aliados. Todo el mundo tiene un rol que jugar en luchar contra el cambio climático, evidentemente las empresas también, y como Ashoka nuestra misión también es incidir ahí. Sí que tenemos unas líneas rojas por sectores que son armamento, alcohol, tabaco y juego. Tenemos un método para evaluar que estén respetando los derechos humanos y hacemos una due dilligence de cada empresa porque queremos curarnos en salud pero para nosotros son un elemento más del juego y son imprescindibles para conseguir el cambio.

¿Cuál es el motivo por el que vuestra colaboración con empresas está siendo tan fructífera?

Creo que la razón por la que Ashoka ha tenido una relación especialmente potente en aliarse con empresas para solucionar retos es porque tenemos la figura del emprendedor social versus otras organizaciones más asistencialistas. El lenguaje es muy similar y les ven como iguales. Las empresas quieren que sus trabajadores sean más emprendedores entonces ven en aliarse con emprendedores sociales una transferencia de habilidades. Ven que nosotros primamos el impacto, la eficiencia, los vehículos de emprendimiento… No entramos ya ni por RSC, a veces entramos por estrategia, por dirección, por innovación. De hecho, de las alianzas que hemos generado en los últimos años con empresas, en todas ha habido una interacción con el CEO que ha visto la visión de Ashoka y ha visto la visión de negocio. Pocas veces empezamos porque nos ha visto la persona de RSC.

¿De qué forma puede contribuir una empresa a fomentar el emprendimiento social y el cambio sistémico?

Hemos aprendido mucho. Una empresa puede contribuir a este cambio por cuatro vías. Primero, apoyando con proyectos que fomenten el impacto social. Segundo, liderando la creación de referentes para otras empresas. Tercero, a través de su propio negocio o de sus proveedores. Y cuarto, a través del cambio de mentalidad de los empleados. Ayer mismo hablaba con Arnaud Mourot, que lidera este tema de empresas en Ashoka, y me decía que en Ashoka intentamos empezar por la vía de negocio, y nos hemos dado cuenta de que lo primero es el cambio de mentalidad. O la gente cambia este chip o , esto no es sólo ganar dinero, sino que nos va a ir mejor cuanto más rápido nos hacemos sostenibles y eso llevará al cambio del negocio. Tenemos un programa de ayuda a las empresas para ayudarles a cambiarse a sí mismas y que contribuyan a la solución de problemas sociales y yo diría que más que por ser americanos, es porque les vemos como un aliado. Tan importante como otros.

¿Cómo priorizáis las temáticas en las que trabajáis?

Cada país analiza cuáles son los necesidades problemas del país. Sin embargo, lo que ha hecho a Ashoka tan potente es que no hay ido buscando temáticas concretas sino que se ha dejado impresionar por gente que está viendo un problema y lo resuelve. En el nuevo programa global que te comentaba hemos creado cuatro grandes temáticas que son: género, tecnologías, cambio climático y envejecimiento. Son grandes paraguas que van a implicar a muchos.

ACERCA DEL AUTOR DE ESTA ENTRADA, EVELIO JIMENO

Evelio Jimeno es Fundador y Consultor de ayudas públicas a la I+D en EJ innovation. Desde 2009, ha ayudado a cientos de empresas de toda Europa a obtener fondos para impulsar su innovación. Si quieres saber cómo obtener las mejores ayudas públicas para Startups y Pymes tecnológicas, descarga gratis la “Guía EJ innovation”. También puedes reservar una sesión de Diagnóstico gratuito aquí.

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